Seis personas se encuentran en lo que parece ser un teatro. No saben como han llegado hasta allí, pero sí lo que tienen que hacer: hablar de la maldad. ¿Están en el Infierno? ¿Las puertas del Infierno? No importa. ¿Pero por qué ahora tienen nombres de personajes malvados de Shakespeare?

Nos cantan, nos bailan, interpretan escenas del bardo de Avon y nos cuentan experiencias personales. Todo bajo el paraguas de la comedia.

La Maldad es un espectáculo teatral que mezcal comedia musical, verso, danza y bufón y se configura como una propuesta escénica documental sobre la Maldad. Una dramaturgia abierta y contemporánea que navega en círculos para averiguar qué es la Maldad y cómo funciona. Canciones, entrevistas, declaraciones… Estos seis personajes nos colocan frente a un espejo reflexivo, utilizando el humor como vehículo de comunicación.

UNA PROPUESTA ESTÉTICA Y ARTÍSTICA

Nos gusta el teatro contemporáneo. Creemos que el público actual está bombardeado por un lenguaje audiovisual cada vez más rápido y sorprendente, y eso nos hace pensar que nosotros también debemos hablar nuevos lenguajes. El teatro tiene la magia del directo, de vivirlo, es cierto. Pero no nos interesa la distancia que, en ocasiones, se reproduce entre la escena y la audiencia (declamaciones, escenografías realistas, ignorar a los espectadores) No. Justamente lo que nos interesa es lo contrario. Se trata de acercarnos a los espectadores; que no miren teatro, sino, que lo sientan.

Nuestra propuesta es sencilla escenográficamente, pues nos interesa más lo que no se ve y se imagina, que lo que se ve. Estamos en una estación de Ferry, pero solo tenemos un embarcadero, una mesa de oficina y un solo, suficiente. También el vestuario gira en torno a esta idea; un atuendo básico sobre el que colocar otras prendas en el momento en el que los actores interpretan otros personajes. El diseño de iluminación, aunque parte de la idea de sencillez, es muy importante e nuestra propuesta, pues es el que determina los diferentes ambientes, apoyando, en todo momento, a la dramaturgia y transmitiendo al público las emociones visuales y contrastes necesarios para completar nuestra historia.

Por último, la puesta en escena y la dirección de actores está creada para conseguir un espectáculo dinámico y fresco, que tenga un lenguaje directo y claro. Son muy importantes las transiciones entre escenas, que forman parte de la historia, tanto como estas.

Una forma de entender el teatro que trata al público con respeto, creyendo que es un público inteligente al cual debemos enganchar y no abandonarlo. Y eso nos exige trabajar duro, en la técnica, la velocidad de los textos y movimiento, y por supuesto en la interpretación.

William Shakespeare describió como nadie el alma humana a través de sus textos. Así que, ¿quién mejor que él para hablarnos de lo más oscuro de nuestro interior? Los siete vicios capitales junto con algunas de las escenas más perversas y famosas de Shakespeare, nos sirven de guía para viajar por nuestro lado maligno de una forma contemporánea y divertida, en la que podemos reconocer fácilmente nuestros propios vicios…, esos que todos poseemos.